Test de Bechdel

      Habréis leído este título, y existe la posibilidad de que os estéis preguntando: 













¿qué diablos significa esto?

      No pasa nada, ya que puse exactamente la misma cara de la imagen cuando lo escuché por primera vez. Para que podáis comprender su significado, antes debéis saber que lo inventó Alison Bechdel:

      Si, esta Alison Bechdel. Lo ideó en su cómic Unas Lesbianas de Cuidado, en el que dos mujeres entran en un cine, cuando una de ellas dice que sólo vería películas que: incluyan al menos dos personajes femeninos, que estos compartan escena y hablen entre sí, y que la conversación no trate sobre hombres.
      Bueno, es un concepto bastante interesante, y que alberga una verdad un tanto alarmante: en el cine apenas encontramos obras que superen el test, y en la literatura es una tarea más titánica y complicada. Vale, vale, esto se va haciendo menos notorio, a medida que nos vamos adentrando en la segunda década (que está a la vuelta de la esquina), pero si nos ponemos a revisar las películas y los libros más famosos, y analizamos su contexto, si podemos notar que las mujeres son más floreros que seres humanos.
      Pero ojo, el test, si bien es un método que puede servirnos, también puede dañarnos. Y ahora me diréis, ¿pero de qué vas? Me vuelvo a explicar: algunos autores, en un intento de entrar en esta nueva era de reconocimiento a la mujer en las obras artísticas, siguen sin crear personajes interesantes. Y además, evitar algunos de estos requisitos tampoco te convierte en una persona meramente vacía y superficial. Y he aquí lo siguiente:
      · Al menos haya dos personajes femeninos: ya puede haber todo un batallón entero, que si se quedan planas, sin hacer gran cosa, es como si el remedio fuera peor que la enfermedad.
      · Compartan escena y hablen entre sí: aquí los más vagos, o misóginos, podrían hacer trampa. Si, mantendrían una conversación..., acerca del tiempo, del tráfico, y eso sólo duraría más que unos pocos minutos, y no engancharían a nadie.
      · La conversación no trate acerca de hombres: esta es la más delicada de las condiciones. Porque vale, estoy de acuerdo con que hay más vida más allá de los hombres, pero os pongo un ejemplo chorra que se me acaba de ocurrir: dos chicas, agentes del FBI, deben salvar el mundo, y la única forma de hacerlo es matando a un mafioso. Deben conocerlo para asestarle el golpe mortal, por lo que hablar de él se convierte casi en una obligación ¿Veis por donde quiero llegar...?

      La cuestión es que no deberíamos ser tan arbitrarios, pero tampoco ignorarlo. Buscar un punto medio, en el que, si bien las mujeres pueden estar solas, o hablar de hombres, no sea esto el centro de sus vidas.
      Y esto no sería VeroWorld, si no se hace mención de libros, y aunque hay algunos ejemplos que no me quedan del todo claro, es lo más cerca que he conseguido para ponerlo en contexto. Así que, sin demorarlo mucho más, y de mi propio repertorio:







1º El ocho (Katherine Neville): por supuesto que pasa el test de calle, y encima adoro este libro, uno de los mayores descubrimientos de este año. Aquí la protagonista, Catherine Vellis, se pasa la mayor parte del libro con la ajedrecista, Lily Rad, y están la mayor parte del tiempo hablando de ajedrez, y de como sobrevivir a la movida conspiratoria que protagonizan. Además, también entabla conversaciones con otras mujeres, aunque en menor medida, y como mucho habrá una o dos conversaciones que giren en torno a los hombres. Lo pasa, sin lugar a dudas.








2º Claudine en la escuela (Gabrielle Sidonie Colette): aunque este libro, entretenido, me ha sacado de mis casillas en más de una ocasión, sobre todo por Claudine, he de admitir que si pasa el test. Ella habla sobre sus maestras, sobre sus compañeras, sobre ella misma, y rara vez habla de un hombre con otras mujeres. También la autora era muy dada a una figura femenina más libre, así que tampoco es algo raro.




3º Saga Ahriel (Laura Gallego): me costó un poquito decidir si pasaba el test o no, pero he optado por darle el aprobado, ya que, en sus escenas más memorables, hay bastante interacción femenina. Ahriel y Marla hablan de su propio conflicto, de lo mala que es la segunda. Del destino de un reino, de la figura angelical, y pocas veces se menciona un hombre, y no es motivo de conflicto para nada.
 



6º Saga de Canción de Hielo y Fuego (George R.R Martin): esto si que es un buen uso de la ironía, y esto no es ceguera fantasiosa, si lo pasa, aunque por los pelos. Los personajes femeninos tienen alguna interacción entre ellas (Arya y Sansa, Daenerys y Missandei, Brienne y Cathelyn...), y comparten conversaciones más allá de los hombres. Si, los hay, pero cuando Cersei pretende matar a todos, no lo hace en pro de un hombre, sino de ella misma. Cuando Sansa huye de Desembarco del Rey con Meñique, lo hace por sobrevivir, no por calentarle la bragueta a un hombre de Poniente. O cuando Brienne busca a las hermanas Stark, lo hace por la promesa hacia su madre, no hacia su padre. Y así sucesivamente...


      Y hay más test que miden la participación de una mujer en el cine o en los libros, pero optaré por dejar el enlace en todos los tests:



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