El hobbit, J.R.R Tolkien

Título completo: El Hobbit.
Autor/a: J.R.R Tolkien.
Género:  Fantasía juvenil, novela infantil, literatura fantástica, literatura infantil y cuento de hadas.
Fecha de publicación:  21 de septiembre de 1937













Smaug parecía profundamente dormido cuando Bilbo espió una vez más desde la entrada. ¡Pero fingía estar dormido! ¡Estaba vigilando la entrada del túnel!... Sacado de su cómodo agujero-hobbit por Gandalf y una banda de enanos, Bilbo se encuentra de pronto en medio de una conspiración que pretende apoderarse del tesoro de Smaug el Magnífico, un enorme y muy peligroso dragón...



     Buffff, buffff, buffff.
     Hablar de la obra de Tolkien es como pisar un campo de minas: cualquier movimiento en falso, y acabas explotando. No se puede negar la gran imaginación que portentaba este británico, amante de las lenguas. De hecho, gracias a él, el mundo de la fantasía no sería la que tenemos ahora. Ni Martin, ni Rowling, ni Sanderson, ni Pratchett... ¿Qué demonios? ¡Ni nadie puede decir que no le debe nada a este autor!
     Ahora bien, ¿por qué no todos los amantes de la fantasía quieren leerse El Hobbit, o cualquier otro libro relacionado con la Tierra Media? ¿Por qué hay gente que, a pesar de su número eterno de horas, prefiere verse las películas de Peter Jackson, antes que léerselo? Aunque yo había leído alguna de las razones por ahí, preferí sumergirme y averiguarlo por mi cuenta, para poder criticar en consecuencia.
     Y si.

      ¡Es por la narrativa!

     Tolkien, con todo el respeto del mundo, ¡pero eres un narrador aburrido, peor que un profesor de historia convencional! No sólo se pasa describiendo todo este universo de Arda, sino que además hay algunas descripciones que resultan innecesarias. Es decir, ¿para que me interesan la forma de dormir de los hobbits, por ejemplo, si no resulta de vital importancia para el argumento? Lo siento por los fans, pero entiendo a los que se echan para atrás.
     Pero no voy a decir que me voy a echar para atrás, y aunque tarde un porrón de años, me leeré todos los libros de Tolkien. Y diréis, ¿por qué la tortura? Porque detrás de toda la narrativa pesada, se esconde una increíble historia llena de aventura, magia, criaturas fantásticas, y un mensaje sencillo acerca del bien y del mal.
     Hablando concretamente de El Hobbit, he de decir que, a pesar de que es una narrativa pesada, no es la más tediosa de todas. La historia va ciertamente rápida, y comienzas a entender cosas que pasarán en el futuro de la Tierra Media, como por ejemplo, ¿cómo consiguió Bilbo el Anillo Único, y tiene una vida longeva? ¿O cómo Gandalf conoce a los hobbits, si es un mago? Ahora bien, ahora analizo a los personajes, y debo decir que algunas veces, o difieren de las películas, o difieren de la trilogía principal:

· Bilbo Bolsón: lo diré sin tapujos, ¡en este libro me cae fatal! Me parece pomposo, engreído, obsesionado por las comodidades, haciendo que nos irrite a todos. Al final del libro mejora, pero muy al final, y aún así, su escena con Gollum es la mejor parte.















 


· Gandalf: este maia da igual en que libro aparezca, ¡es un personaje de la ostia! Si, es poderoso y sabio, pero tiene carisma, se ensucia las manos con facilidad, y casi no se le escapa nada. Ah, y no tiene pelos en la lengua.



















· Thorin: tengo que decirlo o reviento. El del libro me encanta, pero el de la película me dan ganas de ahogarlo en el primer río que encuentre. El primero es valiente, decidido, sensato y dialogante; el segundo es pesado, codicioso y rencoroso. Vale que tienen el mismo final, pero el del libro me apenó más.


















· Gollum: esta criatura, que en otros tiempos fue un hobbit, ya reflejaba la obsesión del anillo, pero he de confesar que, si no hubiera sabido previamente la historia del Anillo Único, no me habría gustado este personaje. Te quedarías pescando, y preguntándote si hubiera sido necesario su aparición. Luego en el Señor de los Anillos ves que si, que era de vital importancia.

















     Y luego tenemos a los doce enanos restantes, de los que no puedes hablar de uno sin mencionar a los otros. A los elfos, tan perfectos como siempre, especialmente Thranduil, a Bardo, un líder natural, que equilibra la balanza.
     Y como no, Smaug, aquí sobran las palabras:


     En conclusión. Este libro no lo recomiendo si eres un lector novato, o alguien que no ha leído nada de fantasía. Pero para los veteranos, dadle una oportunidad, y criticad con conocimiento. Ah, y este es uno de esos casos raros en los que, al menos a mi, me hizo bien ver la película primero, aún siendo consciente de que habría diferencias.
     Así que, dicho todo esto, la temperatura marcaría, haciendo hincapié en su importancia en la fantasía épica, y en la trama en si, pero tampoco ignorando la narrativa:

7º de 10º


(Subiría hasta diez grados si Tolkien hubiera sido más fluido)


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